Todo empezó hace tres años con un susto: una taquicardia en el trabajo después de tres cafés. Fue el aviso que necesitaba para replantearme mi relación con la cafeína. Quería energía, sí, pero sin nerviosismo. Buscando alternativas, encontré el té matcha… y al tiempo confirmé que era el sustituto ideal.

Soy Belén, extremeña y amante de la naturaleza. Mi tierra, con su tranquilidad, simplicidad y autenticidad me recuerda a la esencia del matcha: un momento para des-conectar, para disfrutar. Extremadura te enseña la importancia de tomarte un respiro y apreciar cada pequeño momento de calma...